El ópalo es producto de las lluvias estacionales sobre tierras semidesérticas, como en Australia.
El agua de la lluvia empapa las subterráneas rocas ancestrales, arrastrando consigo sílice disuelto (compuesto de silicio y oxígeno) hacia abajo. Durante los períodos de sequía, gran parte del agua se evapora, dejando partículas sólidas de sílice entre las grietas y las capas de las rocas subterráneas. Éstos depósitos de sílice forman el ópalo.
Los romanos consideraban al ópalo la piedra más preciosa y poderosa de todas, dado que reúne los colores de otras gemas y desprende los colores del arcoiris. Los beduinos creían que ésta piedra era una fuente de luz y que caía del cielo durante las tormentas.
En 1890 se comenzó a comercializar el ópalo, siendo las minas de Australia las principales fuentes de dicha gema.
Curiosidad: el ópalo se considera la gema del mes de octubre.
Fuente: GIA
[share title=»¿Compartimos?»]